Desde el año 1997 en que empecé mi trayectoria profesional como grafóloga, he desarrollado mi actividad vinculada mayoritariamente a la empresa. Y si cabe puntualizar, sobre todo focalizada en la selección de personal, aunque prefiero el término selección de recursos humanos.

Con tantos años de experiencia, he visto como este tipo de procesos pasaba por etapas de funcionamiento distintas y también por modas, algo inevitable si pensamos que pese a que nos centremos en el ámbito empresarial, somos personas los que nos dedicamos a esto y por tanto, estamos sujetas a los cánones que nos marcan.

Creo que tras este largo período de reclusión provocada por la pandemia de la COVID19, la nueva tendencia en grafología será un incremento de su presencia en el ámbito empresarial, superior a la de antes del mes de marzo de 2020. Y lo creo por dos motivos fundamentales:

  1. La grafología sigue siendo una técnica de recursos humanos de reconocida solvencia y todos los aspectos positivos que tenía siguen ahí.
  2. El hecho diferencial de este momento: no es presencial.

En el momento de realizar un estudio grafológico alcanzamos los siguientes beneficios:

Trabajar usando la grafología garantiza seguridad

Creo que es importante mantenernos esperanzados. La rueda gira y aunque en este momento tantas personas se hayan visto afectadas negativamente por la pandemia en muchos sentidos, a través de las fases de desconfinamiento el mundo empresarial se reactiva y generará nuevos puestos de trabajo.

El uso de la grafología es una garantía de que los procesos de selección resulten hoy día no solo eficaces, sino también seguros para todos.

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